El primer 10 en gimnasia


El 18 de julio se cumplieron 30 años de la maravillosa actuación que protagonizó una niña de 14 años en los juegos olímpicos de Montreal. Se llamaba Nadia Comaneci y logró ni más ni menos que el primer "10" de la historia de la gimnasia. Treinta años años después, la prensa recuerda aquel momento mágico que marcó un antes y un después en el deporte.


La prensa rumana rindióe este martes un homenaje a Nadia Comaneci, 30 años después de que consiguiera siete veces la máxima nota (10) y revolucionara la gimnasia mundial en los Juegos Olímpicos de Montreal (Canadá-1976).
Los periódicos rememoran los momentos mágicos de aquella noche de verano cuando una niña de 14 años logró alcanzar la perfección por primera vez en la historia de la gimnasia y la emoción que despertó en todos sus compatriotas y en todo el mundo.
Los periódicos rememoran los momentos mágicos de aquella noche de verano cuando una niña de 14 años logró alcanzar la perfección por primera vez
Comaneci, de 44 años, residente en EE.UU y casada con el ex gimnasta Bart Conner, confesó a ProSport que entonces en Montreal la nota máxima fue para ella una sorpresa y que su alegría fue "indescriptible".
"De modo curioso, soñaba con los ejercicios que debía hacer antes de los concursos", declaró Comaneci y precisó que en el sueño antes de su evolución calificada con 10 en Montreal, todo le había salido perfecto.
La "Diosa de Montreal" añadió que tiene la gran satisfacción de que la nota máxima en este deporte fuera asociada para siempre con Rumanía.
Ocho medallas olímpicas
Comaneci obtuvo en los Juegos Olímpicos de 1976 seis medallas, de ellas tres de oro, dos de plata y una de bronce y siguió la serie de los triunfos con tres títulos europeos, dos mundiales y otras dos medallas de oro en Moscú'80.
La heroína de Montreal recibió entonces de las manos del dictador Nicolae Ceausescu la máxima orden rumana de la época comunista.
La mejor gimnasta del mundo abandonaba Rumanía en la noche de 27-28 de noviembre de 1989, cruzando de manera ilegal la frontera oeste para llegar a EE.UU tras un periplo por Hungría y Austria.
Su huida fue un verdadero terremoto para la dictadura de Ceausescu y desencadenó duras persecuciones contra su familia.
Las televisiones estadounidenses interrumpieron sus emisiones para anunciar la noticia; asimismo fue comentada por los presidentes de EE.UU. y de la Unión Soviética, George Bush (padre) y Mijail Gorbachov, que en aquellos momentos se encontraban en una histórica reunión en Malta.

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